La distribución y el diseño de cocinas de restaurantes es una de las claves para que el trabajo en los fogones esté marcado por la eficiencia. Poco importa que la cocina sea más grande o más pequeña si su distribución no es la adecuada. De hecho, una cocina pequeña pero diseñada de una manera funcional y con el equipamiento correcto será más productiva que una mayor, por muy espaciosa que sea ésta última.
Para conseguir una cocina en la que la operatividad y el trabajo fluyan junto con el buen ambiente del personal es necesario poner atención a una serie de pautas. Veamos.
Optimización y aprovechamiento del espacio
Porque la distribución es fundamental. Es decir, el buen diseño de cocinas de restaurantes pasa por buscar el emplazamiento adecuado a cada uno de los elementos que la componen. Mobiliario, electrodomésticos y útiles varios no deben ser colocados según nos plazca, sino atendiendo a una serie de factores que pueden ser determinantes a la hora de que el trabajo fluya correctamente.
La organización del espacio y el orden en la cocina son primordiales para que todo el mundo encuentre lo que necesita cuando lo necesita. El aprovechamiento de los espacios servirá para que podamos almacenar más producto, vajilla o útiles o simplemente para la comodidad de nuestros trabajadores.
División de la cocina en secciones
A propósito del espacio, y siguiendo con la necesidad de disponer de un lugar de trabajo bien organizado, lo ideal para el diseño de cocinas de restaurantes es que sean distribuidas en varias zonas. Hablamos, por ejemplo, de un área de almacenaje y cámaras, otra de preparación de platos, cocinado, emplatado, postres, office y limpieza, y por último, residuos.
De este modo, el trabajo se desarrollará como es debido. Pues el personal no se interrumpirá en sus tareas con las inevitables prisas de tantos momentos. Igualmente, se minimizarán los errores, así como la contaminación entre unos platos y otros, tan indebida en casos de alergias e intolerancias alimentarias.
Eficiencia energética
Siguiendo también el hilo de lo anterior, es imprescindible optimizar los recursos energéticos. Al igual que resulta primordial que los electrodomésticos que compremos o adquiramos por renting o leasing sean lo más eficientes posible, también debemos tener en cuenta que si están dañados o tienen alguna pequeña avería de poca importancia, lo más probable es que no estén funcionando a pleno rendimiento. Y de ese modo, nuestra cocina y nuestro equipo humano tampoco lo estarán haciendo. Por ello, revisar y mantener en buen estado los electrodomésticos debe ser una de las máximas del diseño de cocinas en restaurantes.
Por otro lado, si tenemos la oportunidad de adquirir electrodomésticos inteligentes, la operatividad de nuestros fogones se verá notablemente incrementada. De este modo, el trabajo de los empleados de cocina se hará mucho más fácil y llevadero. Y cómo no, vigilar la distribución de los electrodomésticos. Es decir, no colocar un horno al lado de las cámaras ni una freidora cerca del fregadero, por poner algún ejemplo.
Algo obvio, por último, es la concienciación de nuestra staff para hacer un uso razonable de los recursos. Para ello, además de la formación, sería buena idea opción apostar por las técnicas del lean management para restaurantes.
Limpieza e higiene
Para conseguir la eficiencia en la cocina de un restaurante es necesario que la limpieza y la higiene primen por encima de muchos otros aspectos. Para ello, aparte de la distribución por áreas diferenciadas es también una excelente opción emplear pequeños electrodomésticos que se puedan limpiar fácilmente. Es decir, que estén formados por varios componentes que podamos montar y desmontar con sencillez y agilidad.
Asimismo el adecuado diseño de cocinas de restaurantes implica la ausencia de rincones muertos que a los que se llega con dificultad y que, por lo tanto, pueden almacenar suciedad indeseada. De ahí la importancia de aprovechar bien todos los espacios, como decíamos antes.
En cualquier caso, lo más relevante en la distribución y el diseño de las cocinas de restaurantes y negocios gastronómicos es contar con una óptima gestión y un personal formado y motivado. Con esto, todo lo demás llegará tarde o temprano, pues se tenderá a buscar la eficiencia y la excelencia tanto en los fogones como en sala.
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