No es que exista una definición oficial de lo que representan exactamente los hoteles temáticos. Pero sí que hay una aceptación generalizada de lo que ofrecen este tipo de establecimientos alojativos. Lenta pero segura, la oferta de hoteles tematizados se está extendiendo, al tiempo que cada vez existe una mayor demanda de estos establecimientos dedicados a un nicho concreto de clientes.
Qué son los hoteles temáticos
Los hoteles temáticos son aquellos establecimientos hoteleros cuya filosofía, estilo, decoración y servicio están enfocados, enteramente o en parte, a un tema central que les hace distinguirse de otros alojamientos de su categoría. Como decíamos hace unos instantes, no existe una definición (tampoco de la OMT) que delimite lo que es exactamente un hotel de este tipo. Sin embargo, todos tenemos el concepto más o menos claro de lo que conlleva esta etiqueta.
Algunos ejemplos
Así, entre los hoteles temáticos podríamos distinguir aquellos que dedican enteramente sus instalaciones a un tema concreto, y los que tan sólo tematizan algunas de sus habitaciones.
En cuanto a los primeros, por ejemplo, el hotel Alcatraz (que por cierto, no está en la isla homónima donde se ubicaba la prisión ahora museo, sino en Alemania) cuenta con habitaciones tipo celda y toda una cuidada decoración que recrea con tino la sensación claustrofóbica que se debe de tener en estos lugares. Dispone, sin embargo y para los más aprensivos, de comfort rooms y suites un poco menos acorde, esta vez, con la temática del alojamiento. Un ejemplo más de hotel «prisión» es el Het Arresius en los Países Bajos.
Otro ejemplo de hoteles temáticos sería el de los hoteles adults only, en cuyo caso más que de una temática hablamos de una condición excluyente para un cierto tipo de clientes. Y es precisamente por esta misma razón por la que encuadraríamos estos establecimientos dentro de los hoteles temáticos: por estar enfocados a un nicho muy concreto de clientes.
No podemos olvidar, por otra parte, los alojamientos en parques temáticos, que es precisamente donde parece surgir esta idea de tematizar los establecimientos. Pondremos como ejemplo el PortAventura Gold River en Salou. Aunque de esta clase de hoteles los hay por decenas en nuestro país, ya que el tipo de cliente “familia con niños” es muy dado al consumo de parques de atracciones y hoteles temáticos.
Están, por último, otros alojamientos que solo dedican parte de sus instalaciones a un tema. Como por ejemplo, el hotel Playadulce en Almería, que dispone de una habitación familiar diseñada al más puro estilo del oeste americano.
Cuál es el potencial de los hoteles temáticos
Desde luego, se necesita un buen plan de negocio acompañado de un concienzudo estudio de mercado antes de tomar la decisión de abrir uno de estos hoteles temáticos. Sin embargo, si las cuentas, las cifras y los presagios nos son favorables, entonces no deberíamos dejar pasar una oportunidad de negocio que puede resultar ventajosa.
En primer lugar, porque los hoteles temáticos están dirigidos a un tipo de cliente y mercado muy concretos. Y al que conocemos muy bien de antemano (se supone que hemos realizado un estudio a conciencia sobre ello). Este cliente que demanda a la vez una propuesta alojativa y de ocio (es decir, una experiencia completa) suele gozar de un poder adquisitivo considerable, estando además dispuesto a pagar un poco más por vivir esa experiencia tematizada.
Y si no que se lo pregunten a los huéspedes del hotel Poseidon Undersea Resorts, quienes podrán disfrutar de una noche a 20 metros de profundidad por unos 30 mil dólares por habitación doble. O a los clientes del Hôtel de Glace en Canadá, que pagarán algo menos por dormir bajo cero (desde unos 400 dólares por noche, que tampoco está nada mal), porque obviamente la inversión en materiales y construcción ha sido algo más liviana en este caso;)
Pero no sólo es que el valor percibido (y por tanto, nuestro margen para poner precios) sea mayor. También hemos de tener en cuenta que en los hoteles temáticos se parte de un mejor conocimiento del cliente. Con lo cual, todos los esfuerzos de comercialización, marketing, campañas de publicidad, etc., irán mucho mejor encaminados, siendo así el porcentaje de acierto mayor que en otro tipo de hoteles.
Del mismo modo, los programas de fidelización de los clientes serán más exitosos. O más bien serán ellos los que nos sean más fieles, simplemente, porque justo les estamos dando las experiencias que demandan.
Posibles dificultades
Como en cualquier empresa, en éstas también las hay. La primera dificultad con la que podríamos toparnos es que la tematización no se haya hecho bien, y que por tanto, no cumpla con las expectativas del cliente. En ese caso, el desencanto de los huéspedes potenciales puede desembocar en una ocupación escasa.
Otro de los contras es, sin duda, la inversión que requieren los hoteles temáticos. Por lo general, el diseño y la decoración no suelen caracterizarse por el bajo coste. Con lo cual se requiere de un buen desembolso inicial y una mejor financiación para su “tematización”.
Por último, es sumamente importante mantener las instalaciones, los servicios y la temática del hotel siempre en óptimas condiciones. Si no es así, caeremos de nuevo en un desencanto por parte del cliente que no puede significar nada bueno para nuestro negocio alojativo.
Conclusiones
En definitiva, los hoteles temáticos se presentan, además de como una tendencia en crecimiento, como una buena oportunidad de negocio dentro del sector. Pues los clientes están cada vez más y mejor informados. Y por ello, suelen ser más exigentes, lo que les lleva a buscar propuestas más especializadas.
Sin embargo, este tipo de hoteles requiere de un estudio previo realizado a conciencia, de una gestión perfecta, y de una supervisión y monitorización continua de las operaciones. Recomendable contar con la ayuda de expertos.
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